PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL PERIODISTA Y ESCRITOR MIGUEL GUERRERO, AL PRESENTAR EL LIBRO“VISIÓN DE NACIÓN”
Damas y caballeros:
Muchas presentaciones de libros terminan siendo meras actividades sociales para exhibir un vestido o una corbata nueva y apurar un par de copas de vino, durante el brindis con que usualmente se cierra el acto. Esta es una ocasión distinta. Por esa razón, pasé por alto el ritual inicial de agradecer al autor por el honor de escogerme para comentar su obra, lo cual lleva casi siempre la obligación de ser condescendiente y hacer elogios de un texto que pocas veces se lee completo, lo que, por supuesto, no es mi caso.
La obra con la que Víctor-Ito-Bisonó Haza se muestra hoy como el político diferente que en verdad es, constituye un acontecimiento, digno de celebrarse en todo su justo valor. Este libro reúne una serie de artículos publicados en la prensa nacional desde hace cinco años, motivados en razones que evidencian su profunda preocupación por los problemas sociales agudos que afectan a la sociedad dominicana.
Pocos políticos han mostrado a lo largo de su carrera un sentimiento de apego a las causas sociales como el que se observa en este historial de un lustro, que ahora se resume en un volumen de poco más de 200 páginas de interesantes comentarios sobre la actualidad nacional e internacional.
Muchos de esos escritos fueron leídos en su oportunidad de forma aislada en la prensa. Pero reunidos ahora en forma de libro permiten ver con más claridad la profundidad de su pensamiento, su ideario político y su sincera preocupación por la grave crisis social y moral que afecta el ambiente nacional. Una preocupación que trasciende incluso el creciente y abrumador activismo partidista, que no cesa y no le concede a la nación siquiera un breve respiro.
La familiaridad con la que he tratado a Ito me da la licencia para tutearlo, lo que en cierta medida me pone en una situación incómoda. Y digo esto porque siempre he sostenido que uno de los defectos de la prensa nacional es la tendencia a citar a los dirigentes nacionales por sus nombres de pila, creando un acercamiento que nubla la objetividad y destruye el indispensable alejamiento que debe existir entre la prensa y el poder.
De manera pues que en lo que resta de este acto no volveré a tutearlo. Y no lo haré a fin de permitirme una valoración justa de su obra y situarla en el lugar que le corresponde como aporte al debate de las ideas. Una contribución al debate desde su perspectiva personal como hombre de convicciones fuertes en la que se nutre su importante “Visión de nación”, como correctamente ha titulado sus “reflexiones” como político, lo cual no afecta la objetividad de sus juicios ni tampoco su valor.
Cuando afirmo que Bisonó Haza es un político distinto, moderno, me refiero a que supera con su accionar, desde la Cámara de Diputados, y en su condición de dirigente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), la imagen que la mayoría de los dominicanos tenemos del quehacer político partidario.
Este libro confirma a su autor como un político consagrado a una causa, con una visión definida del futuro; nos enseña a un joven dirigente con fe en su país y el potencial de su gente. Nos muestra a un político que entiende la vida partidaria como un medio legítimo para alcanzar objetivos elevados, por medios legítimos y nobles.
No es usual entre nosotros que en medio de la dura brega por el poder, un político dedique su atención al estudio de las causas reales de los problemas mundiales y locales, cuando siempre ha sido más productivo y menos conflictivo, por supuesto, entregar las energías en la búsqueda de posiciones y privilegios.
Por eso, la idea de Bisonó Haza de aglutinar su ideario político en un libro, que espero no sea el único, constituye un inapreciable aporte al estudio de la realidad nacional y una invitación a la discusión sana y ecuánime de las ideas.
El autor no es ajeno a lo que ocurre más allá de nuestras débiles fronteras y tiene de ello una visión personal clara de sus efectos.
Bisonó Haza nos dice y lo cito:
“El balance geopolítico del mundo ha estado cambiando en las últimas décadas, y estos años de dificultades económicas lo han terminado de consolidar. Los cambios demográficos se transforman también en esa línea, disminuyendo la población en las naciones más industrializadas, pero aumentando en los países menos desarrollados, lo que permitirá mayores mercados, expansiva clase media y mayor consumo”.
La lectura de estas notas del autor, al comienzo del texto, me impresionaron, porque son evidencias de un gran optimismo, en momentos en que el mundo parece sobrecogido por la crisis financiera y la caída de los grandes mercados, que han puesto en jaque ensayos de integración, como el de la Unión Europea, que parecían indestructibles y que han alejado de los escenarios del viejo continente el fantasma de una nueva y destructiva guerra.
Para apoyar su reflexión, el autor hace referencia a las recientes revoluciones en países árabes y lo que llama” pérdida relativa de relevancia geopolítica y económica de Estados Unidos y la Unión Europea”, poniendo como evidencia de esa interpretación del fenómeno mundial el crecimiento del comercio, las inversiones y las relaciones exteriores entre los países del Sur y el surgimiento de nuevas potencias económicas emergentes como China, India, Brasil y Sudáfrica.
Llama la atención que en ese cuadro de la realidad actual internacional, Bisonó Haza destaque el papel del área del Caribe, lo cual sin duda refleja su confianza en el porvenir de la nación, el papel llamado a desempeñar en las relaciones internacionales y, sobre todo, el relevante desempeño que el país puede realizar en provecho de sí mismo.
“Estas transformaciones”, agrega en sus notas el autor, “que estamos intentando entender y vivir día a día, tendrán gran impacto en nuestras sociedades, en la forma como nos relacionamos y, sobre todo, en los valores y el liderazgo que esto demandará”.
La preocupación del autor trasciende la esfera del quehacer económico, al enfocarse en lo que llama crisis de naturaleza política, de confianza, de expectativas, de valores y de liderazgo.
“La política”, afirma, “tiene un rol fundamental donde ha de marcar caminos, marcar tendencias, conducir y dialogar con honestidad con los ciudadanos que han de tener la necesidad de manifestar sus necesidades y sus sentires”.
He querido insistir en esta parte del libro en la cual el autor explica sus motivos, porque contiene su valoración del papel de la actividad en la que él se desenvuelve con éxito y sin excesivo protagonismo. A su entender, y lo cito:
“La política debe crear un cambio necesario de respeto al imperio de la ley y a las transformaciones que demanda el momento, debe dar al país las sapiencias en los recursos humanos para salir adelante nueva vez de la crisis que ha de enfrentar, ya lo hemos hecho antes en múltiples ocasiones, desde el inicio de nuestra independencia”.
Y nos señala que exponiendo sus ideas y debatiéndolas, en la forma de un libro, quizás no se alcance a resolver todos los problemas del país, como sería, agrego yo, iluso pretender, pero sí estoy seguro, de acuerdo con el autor, “que sí podemos avanzar”.
Este libro aborda con inteligencia y sobriedad temas fundamentales que tienen que ver con la economía, el medio ambiente y la energía, la salud pública, la inmigración y la seguridad pública y ciudadana, lo que lo hace muy abarcador y obliga a dedicarle las pocas horas que se necesitan para leerlo.
Felicito al autor y a su familia, valoro su amistad de muchos años, aunque les llevo muchos como es fácil observar y no sólo por las canas, y los invito a leer y conservar un libro que como ya les he dicho resume el ideario de un joven político; un político con grandes oportunidades de desempeñar un papel de primer orden en el rencauzamiento de la vida política nacional ante los enormes desafíos que la cruda realidad actual nos depara.
Ahora, con el permiso del autor que es un hombre muy tolerante, he creído oportuno hacer algunas observaciones relacionadas con su partido, que no atraviesa por un buen momento, sin que esto se interprete como parte de la presentación de la obra que nos ha reunido aquí.
La preservación del Reformista Social Cristiano como opción electoral es fundamental para el necesario contrapeso que tanto le urge a nuestro ambiente político. Pero el salvamento de esa organización no será posible bajo los procedimientos tradicionales de la ortodoxia partidaria, como se aconsejaría en situaciones normales. Será necesario allí un movimiento de efectos telúricos, que sacuda de arriba abajo al partido que sustentó los gobiernos de Joaquín Balaguer, su líder y fundador.
Es imprescindible que sus jóvenes empujen y los cuadros medios reclamen los espacios que les pertenecen. Si la joven dirigencia reformista quiere realmente cambios no puede esperar que la estructura actual los asuma. No tienen a su favor el tiempo y mucho menos las reglas del juego. Pero les queda el recurso de imponerlas. Deben asumir posiciones públicas, apoyar las luchas sociales, denunciar la corrupción y unirse a las grandes causas.
Las reformas se logran extirpando los tumores malignos que enferman las sociedades. El instrumento para alcanzarlas es un escalpelo, no los viejos procedimientos de aposentos que han marchitado las grandes esperanzas del pueblo dominicano.
Para terminar, y volviendo al tema que nos reúne, mis felicitaciones a Bisonó Haza y el mayor de los éxitos a su libro.
Muchas gracias.
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